Un sepulcro, una tumba y nada más

Una chica esperaba sentada, a que el presente llamase a su puerta y surtiesen efecto sus polvos de hada.

Desde su sofá anodino contemplaba la realidad, en la que la magia tan solo tenía un sepulcro, una tumba y nada más.

 Ella parecía absorta, en como la pared se desconchaba; pensando en todas las ilusiones rotas y malos sueños que cada cascarilla se llevaba.
"Algún día estaré lista para vivir el mundo y soñar; algún día encontraré algo que me de felicidad", se decía soñadora sin aspirar a nada más, con su vestido de efímeros tules extendido en el sofá; con los ojos voladores entre el ayer y el jamás; buscando una fantasía que no habría de llegar.

 Y los días fueron años, y los años eternidad y mientras la vida se le escapaba oyó el timbre sonar; se levantó y olvidó sus anclas, sus ensoñaciones, sus quizás; olvidó todos sus males, en la carrera los dejó atrás...Pero en aquella apuesta el destino supo ganar y la triste puerta no se abrió más nunca jamás; sucumbiendo la infeliz en brazos de distinto galán, mas él en su dulce olvido la supo consolar.

... y perdida en aquella puerta una vida clamando está, vida que debe vivirse sin esperar a algo más, buscando en todo su parte de profundidad, creando de cenizas y barro todos los quizás...

(Extraído del libro perdido de las parábolas del mundo nuevo,

 encontrado en una sima tras el apocalipsis maya, je je je)

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