domingo, 8 de abril de 2012

Por fin...Capítulo III


Capítulo III—Maldita memoria
(Caleb)

Día 19 de Noviembre 2019, Frontera de las antiguas Alemania y Polonia

¿Despierto o dormido?, ¿futuro o pasado?, ¿realidad o delirio?, que rápido pasa el tiempo cuando todo es nada y nada es todo.

Cada mañana, cada noche, cada día, aunque la medida de tiempo no importe, yo estoy y no estoy aquí. No sé si imagino o vivo, qué es la realidad y qué no lo es, ¿sueño la guerra o la sueño a ella? Esa es mi pregunta, pero solo puedo decir que me estoy volviendo loco, amanezco y Madrid vuelve a mi o yo a él, todo es vívido, todo es verdad, siento cada roce, huelo cada olor, oigo, veo, y me convenzo de que no es un sueño, diría que solo son recuerdos, mas ¿qué recuerdos tiene alguien con amnesia? Ahora todo, luego nada.

Pero más tarde duermo,...o quizás despierto y la guerra está ahí otra vez, la pólvora, el ruido, el humo, la muerte, todo,… y nada en mi mente. ¿Cómo alguien va a imaginar, a soñar, tanto horror, tan real, una y otra vez?

Me niego a pensarlo pero CONTINUA, siempre y hacia delante…

No sé a que sujetarme para no caer al abismo que es mi vida.
Sus ojos, me persiguen, los veo en todas partes con miradas dulces, con terror, con dolor, furiosos o huecos, siempre sus ojos…Lo más raro es que cuando la recuerdo, allí, en Madrid, no recuerdo su amor ni sus palabras, ni siquiera conversaciones, todo es fugaz todo son ojos, todo miradas.

Pero la guerra sigue, avanza, y avanza; barro, muerte, destrucción, caminamos hasta sangrar, disparamos, máquinas, volvemos a disparar. Y otra vez más barro, más muerte y destrucción…barro, muerte, y destrucción…barro, muerte, muerte, y más MUERTE. Pero siempre, siempre y cada vez más, FRIÓ.

Hace tanto frió, que cuanto más avanzamos más morimos. El norte de Europa es una trampa, una muerte segura,…pero seguiremos caminando hasta que el frió nos sepulte, hasta que solo queden dos y uno muera, hasta que esto termine. Pues no los estamos acorralando, no vencemos, no hay vencedor solo vencidos, esa es la única realidad en la guerra, en ESTA guerra.

Los niños son lo único que nos recuerda porque luchamos, por quién luchamos; no por el petróleo, no por la patria, por el futuro, porque todo vuelva a ser lo que fue, al menos para ellos.
Yo ya no tengo esperanza, ya nunca la veré, y nunca más viviré sin hielo en el corazón, sin temer dormir por las pesadillas que me visiten, nunca más viviré.

Y cada vez veo más cercano, y más dulce, el olvido qué el alcohol les trae a todos, pues pocos son los soldados que no ahoguen sus penas en su cálido abrazo, me convertiré en todo lo que antes odiaba, olvidaré el terror en el fondo de un vaso, seré otro, seré nadie, seré NADA…tan solo una carcasa que nadie rellenará pues anatómicamente sigue luchando, luchando por vivir o por morir, simplemente luchando.

El pesimismo es mi credo, el olvido mi paraíso, la muerte mi vida, la destrucción mi mundo…pero ella, ella sigue siendo mi Dios y mi Diosa, mi deseo y mi sueño; ella es todos mis recuerdos, ella está en mi alma, ella es mi ALMA…

además también ese es su nombre Alma.

¡Oh Alma! Dulce o cruel Alma, ¿perdí la mía cuándo te perdí a ti? ¿Alguna vez hablamos, algún día conversamos, paso algo o todo fue un sueño?

Quizás existas o quizás no, pero me da igual. Tú levantas mis pies para que ande, tú haces que respire, solo tu recuerdo o mi delirio me mueve a vivir, a apartarme del alcohol, a ser yo, a ser Tú, a Ser.

Y yo me pregunto dónde estas, ¿te volveré a ver algún día? ¿Vives acaso? ¿exististe alguna vez?

Escribir es mi consuelo, pero debo volver, el alba ya despunta.



Toque de trompeta, 6:00 a.m.

Me levanté del camastro, la niebla lo cubría todo y el ruido de botas se mezclaba con el de la corneta y los cacharros para el desayuno.

Todos como zombis andaban hacia la cola.

Las mismas caras de siempre, el susto en sus ojos, desesperación, ojeras y sueño; también se veía como a medida que se despertaban la realidad les iba atacando.

Me siento; no miro donde, ni con quien; la conversación es algo extinguido entre los que luchan. Mi escudilla rebota contra la madera cuando recibe como una bofetada las gachas de siempre, las cuales yo juraría llevan periódicos viejos en puré que no saben a nada, menos que a nada.


Algo hace levantar mi mirada, unas manos temblorosas me ofrecen una petaca; ¿tan mala cara tengo? Seguramente; me he pasado toda la noche entre el insomnio y las lágrimas, lo reconozco aunque dinamite mi orgullo desde sus cimientos.
Respondo con un gruñido lo que creo más que suficiente, pero inesperadamente una voz me contesta- --No durarás mucho principito, la guerra acaba con todo.-

Miré a sus ojos, vidriosos, y llorosos, los de alguien que hace mucho que no duerme, borracho sí, pero con mucha razón. No resistiré mucho y él lo sabe, el alcohol es una mujer muy bella y sus brazos ofrecen el olvido que necesito para terminar de sufrir.

-¡Padre!- un grito me hace girarme,-¡Padre, deje de decir esas cosas, usted no le conoce de nada!-se acerca, - ¡Déjelo y vuelva a la cama está usted enfermo!- una joven reprendía al señor que me había ofrecido el licor mientras intentaba levantarlo.

-Además, ¿quién le ha dado a usted alcohol? Vamos, camine.- Ella había conseguido ponerle en pie y lo arrastraba hacia los barracones, era pequeña y flaca, todos lo éramos. El pelo rubio ceniza le caía corto y despeinado sobre los amplios ojos verdes como los de un gato alerta, que mostraban algo que ya he perdido hace mucho, inocencia; y una cicatriz recorría su mejilla rompiéndole la piel aceitunada. Las botas militares parecían demasiado grandes para sus pies, toda la ropa le quedaba grande, debería tener mi edad pero aparentaba solo unos trece, era como una muñequita, me rompía el corazón pensar en lo que probablemente le espera; bueno, algo parecido a lo que yo me he convertido, quizás peor; es muy difícil ganarse el pan siendo como es ella.

Estaban ya fuera de mi vista pero intenté seguirlos, ¿por qué? Sinceramente no lo sé , solo los seguí, ella me recordaba a mi hermana, o era a mi prima; tan delgada, tan pequeña, tan inocente pero preocupada por todo, siempre intentando controlar la situación; saliendo adelante sin dar importancia a lo que deja atrás.

Cuando me quise dar cuenta yo también agarraba al hombre por el otro brazo ayudándola a trasladarle a un camastro en lo que debía ser su casa, pues las familias vivían juntas y a parte.

  • Gracias,- me dijo; pretendía se amable, pero sus ojos preguntaban qué estaba haciendo yo allí. Empezó a hablar pero no pude oírla; pues una mujer con delantal y un cucharón en la mano entró en la habitación y empezó a gritarle que llegaba tarde. Ni siquiera me miró. Cogió su macuto y desapareció por la puerta de la tienda.

Y allí estaba yo, solo y en una casa ajena cuando empecé a sentir un fuerte dolor en la cabeza, los ojos se me nublaron y caí como un árbol en un bosque solitario, sin que nadie me oyese. La sangre me llenaba los oídos, eso fue lo último que noté.
.....................

Me desperté a la quinta bofetada; el olor a alcohol me embotaba la nariz y el mismo señor de antes intentaba incorporarme; los puntos se me habían saltado hace mucho, pero yo no me di cuenta, la sangre debía de mancharme ya toda la espalda, ya que mi pelo estaba empapado, he de decir que no lo había notado porque es negro con dejes burdeos; extraño, lo sé.

Recuperé la consciencia de nuevo cuando sentí que el hilo unía la piel de mi cuello; el dolor me mantenía en este mundo, últimamente siempre era así.
El señor debía ser médico pues lo hacía rápido y bien.

Había mucha sangre, muchísima,...pero la sangre nunca me habría molestado si no me trajese a la mente lo que acababa de soñar:




Allí estaba ella, era una mancha blanca en la oscuridad del bosque, iba vestida con tela trasparente del color de la nieve, que se le sujetaba por debajo de los hombros, como si no quisiese tocarlos por miedo a dañar su perfección; estaba muy quieta pero comenzó a bailar un vals con el aire, o con alguien al que solo ella podía ver, sonreía, era feliz,...abrió los ojos, eran completamente negros,... paró de bailar y miró hacia mi dirección, pero como quien mira hacia la oscuridad y ve algo que nunca existió.

Está aterrorizada, sus ojos, ahora iguales que siempre, brillan como ámbares, demostrando todo el dolor, la pérdida, la desesperación y el terror de la humanidad.
No se mueve, hasta que algo impacta contra ella y su blanco vestido empieza a teñirse de rojo, abre los brazos que también gotean sangre, llora.

Por fin se hace la luz, intento correr hacia ella pero no avanzo y cada vez está más lejos, le empiezan a dar convulsiones, como si miles de balas continuasen impactando contra ella, pero no hay ningún tirador a quien yo pueda detener,... se desploma despacio, y como a cámara lenta su cabeza choca contra una rama,... su cuerpo muerto adopta las posiciones imposibles de una marioneta rota, no puedo alcanzarla, no puedo tocarla, igual que ahora, ...pero la sangre llega hasta mis pies, baña mi piel, que nunca fue tan blanca como debió ser, sube por mi cuerpo, me envuelve, me llena los pulmones, me empapa el pelo, todo es rojo,...me ahogo, me despierto....”

Volviendo a la realidad, sin salir del shock escucho a el señor DuJervein o como el insiste en que le llame Pier, que ha terminado de darme puntos y me cuenta su historia; es francés, y lucha en el bando de Europa, ayudando como médico, mientras su esposa es cocinera y su hija Nin, es decir Ninette; está en el bando de robótica. Se disculpa por su anterior comportamiento, admitiendo que estaba borracho pues al igual que muchos tiene cosas que desterrar de su mente.

Yo me levanto, asiento y murmurando gracias me voy tambaleándome hasta la zona de las duchas; como desearía agua caliente, pero queda claro que eso ya si que está olvidado, no hace falta ni mi amnesia.


Después de algunas horas....
0:30 pm.

Paseo por las solitarias calles que crean las tiendas con sus sombras de lona, arrastro los pies como si también arrastrase una cadena y una condena tras de mi;...si cierro los ojos aun la veo desplomándose encima de las hojas oscuras de aquel inimaginable bosque,...me duele el corazón de solo pensarlo...

Doblo la esquina y entro en una especie de bar improvisado, tiro sobre la barra unas fichas y pido, o más bien imploro lo más fuerte que tengan; el camarero pone una jarra vieja y desportillada, la cual de tanto uso es como un espejo de latón.

Mientras el líquido dorado cae en mi vaso, me observo en el reflejo, ¿en qué me he convertido?
Unos cansados ojos oscuros observan agónicos desde la taza, nunca fueron negros, pero ahora lo parecen, su color burdeos ha desaparecido, siempre fue el marrón más extraño que he visto, pero ahora no está; dos sombras mortecinas y rojas encarcelan unas pestañas demasiado espesas, oscuras y largas; unos labios pálidos, quizás muy llenos para un chico se tuercen cerca de una barbilla de forma masculina con una mueca de tristeza.
El pelo entre negro y marrón roza largo y liso la frente queriendo tapar las cejas y surcando una piel que mi padre consideró impura por su color; yo era demasiado diferente a él para ser suyo, siempre decía eso, es raro que lo recuerde ahora.
El corte de la cara, es sin duda el de un hombre; es demasiado recto para una mujer, demasiado serio.
La figura que me mira es la de un chico perdido entre las razas; es occidental en las curvas de su rostro, pero se confunde con unos ojos grandes pero asiáticos y almendrados; también con los pómulos altos de alguna raza antigua, y finalmente con una piel demasiado descolorida como para ser indígena de Ásia, o Sudamérica, pero con un deje de marrón, como el de la arena...Él es de todos lados y de ninguno a la vez...

Peor que pensar en qué me he convertido es pensar en qué me convertiré. Mis manos alzan el recipiente listas para convertirme en lo que desprecio, el alcohol se desliza hasta rozar mis labios, voy a beber, pero.......¿fue eso un grito?

Definitivamente sí, ya he saltado de la silla, y cuando me doy cuenta doblo una esquina llegando hasta la procedencia del sonido;...dos hombres atacan a una joven.

Antes de pensarlo siquiera, estoy metido en una pelea, les separo de ella, lo que extrañamente me trae el recuerdo de haber defendido a alguien también pequeño e indefenso no hace tanto tiempo.

Huyen, y corro tras ellos cuando me alcanza un puñetazo en la mandíbula, caigo hacia atrás,.... y lo último que veo es un pelo dorado y aleteante frente a unos ojos verdes de gato, que cambian del miedo a la preocupación en el lapso de unos segundos.

No puedo abrir los ojos, no puedo mover las piernas, ni los brazos; no puedo resistirme o incorporarme ella me arrastra con dificultad por las calles de tierra y fango; debe de costarle trasladar mi peso muerto, no soy muy musculoso pero la guerra otorga ser fibroso por el hambre y las marchas, además le saco al menos dos cabezas y tengo los hombros anchos. Cómo ha conseguido moverme es un misterio, no sé como lo ha hecho...


Mi última decisión es entregarme a la negrura y su helador abrazo que me devuelven al pasado soñado de la luz, los árboles, las baldosas y las tiernas nubes que surcaban el cielo pastel oscuro de Madrid,... mi Madrid, tan lejana y cercana a la vez; en la que la historia convivía con los edificios y las rutinas modernas de las personas, los coches, las prisas, los trabajos, las vidas y los sentimientos...

Madrid, la misma que ahora es un infierno de gases, ruinas y destrucción...mi corazón se inquieta hasta que solo la veo a ella, me sonríe, ...

-¿Pero por qué me sonríes si sabes que por mi culpa está muriendo gente, si sabes que te abandoné, que me he perdido...? ¿Por qué me sonríes?¿por qué?...-

-...Porque nada tiene sentido...- dice ella sin hablar.

Luego su voz se rompe y ella también, en mil pedazos de cristal, que vuelan en un cielo azul y carbón, con gotas de sangre, con humo, y con adioses... Madrid...


MEMORIAS del Teniente Caleb Marcus Swanson







2 comentarios:

Kimberly G. Hernandez dijo...

Es la primera vez que leo algo tuyo Pal y lo ame , me encanto!!

Pal dijo...

Gracias kim!!!!! Es que empecé esta historia hace tiempo, pero solo llegué hasta el 2º cap y después no escribí más, :D

¿Leiste los anteriores capítulos?

Besos :D
PAL